jueves, 22 de octubre de 2009

Esta es una posibilidad de comentario del texto visto en clase.

TEXTO 1: Una de las características principales...
TEMA
El texto habla de las características de la radiación láser, del origen del término, aprovechamiento y desarrollo.
ESTRUCTURA Y JUSTIFICACIÓN Y
TIPO DE TEXTO
Se trata de un breve texto expositivo de carácter científico. La intención comunicativa de su autor es, exclusivamente, transmitir información básica sobre la radiación láser, centrándose en las características del fenómeno, en una primera parte, y en su historia y aprovechamiento en una segunda.
CARACTERÍSTICAS LINGUÍSTICAS Y ESTILÍSTICAS
El texto presenta diversos rasgos lingüísticos que habitualmente están asociados a las que se consideran características generales de los textos científico. La información que aporta es básica, lo que implica que el texto tiene carácter divulgativo. Se observan explicaciones de conceptos y aclaraciones (por ejemplo, la definición de cascada de fotones) y el empleo de tecnicismos es limitado (de hecho, el significado de alguno de ellos se aclara en el propio texto: así sucede con láser).
Con la objetividad propia de la comunicación científica se relacionan los siguientes:
Ø Predominio de la función referencial: se pretende la transmisión de información objetiva. Aparece también la función metalingüística, para definir el término láser. Las oraciones tienen modalidad enunciativa
Ø Se trata de un discurso en 3.ª persona. En la estructura sintáctica, predominan aquellas en que no se hace referencia al agente de la acción: construcciones con verbos de estado (es, remite), impersonales reflejas y pasivas reflejas (se pensó, se ha convertido), estructuras nominales (amplificación de la luz por emisión..., aprovechamiento de los intensos haces...).
Ø Para determinar las circunstancias en las que tienen lugar los procesos que se estudian aparecen sintagmas y oraciones subordinadas adverbiales en función de complemento circunstancial: de finalidad (para aportar...), de lugar (en procesos industriales), etc.
La universalidad a la que tiende la comunicación científica se manifiesta en este texto en el uso del presente con valor atemporal, al comienzo, donde el propósito del autor es definir un proceso general independientemente de toda circunstancia temporal o espacial. En cambio, en la segunda parte, donde trata de la historia del láser, los tiempos verbales son pasados. Se relaciona también con la tendencia a la universalidad la presencia de sustantivos abstractos: no se está hablando de objetos concretos y determinados, sino de conceptos o abstracciones (características, radiación, intensidad, amplificación...). Los términos que se emplean tienen un significado denotativo: en su mayoría son tecnicismos de la Física, y no es posible apreciar ningún tipo de connotación o polisemia en ellos (amplificación, láser, fotones, electromagnético, cuantos sirven como ejemplo). En la creación de los tecnicismos científicos que aparecen en este texto encontramos casos de derivación castellana mediante sufijos como -ción, -miento, -idad, derivación mediante sufijos exclusivos de la ciencia (fotón), compuestos a partir de raíces prefijas y sufijas de origen latino o griego (foto-, electro-, magneto-), acrónimos formados en inglés (láser) y el calco semántico (cascada de fotones, haz de partículas).
La claridad y la precisión son aquí especialmente importantes por tratarse de un texto divulgativo. Predomina por ello la oración simple.
RESUMEN
Desde que se inventó en los años 50, la radiación láser, o amplificación de la luz, se ha aprovechado especialmente para aportar energía a los materiales en la industria. Idea que ha sido después desarrollada y perfeccionada.

miércoles, 21 de octubre de 2009

domingo, 18 de octubre de 2009


El sí de las niñas




Aquí os dejo algunas posibilidades de comentario crítica de la obra para que elaboréis el vuestro. No se trata de un corta pega sino que utilicéis lo que os parezca más interesante y le deis vuestro toque personal.
El sí de las niñas: valoración crítica.
Leandro Fernández de Moratín, escritor neoclásico, es un gran innovador de su tiempo. En “El sí de las niñas”, su obra magna, rompe una lanza a favor del amor verdadero.En su época (s.XVII), los matrimonios no entendían de sentimientos, sino que eran simplemente una imposición familiar. De aquí viene el drama de esta magnífica obra. Moratín, aparte de crear un libro de gran calidad literaria, intenta y desde luego consigue, hacer pensar, moralizar… lanzar un mensaje lleno de sentido y absolutamente necesario para con su contexto cronológico y social.Hombre de vasta cultura, Leandro Fernández de Moratín, fue un polifacético autor que se atrevió con varios géneros. Así, escribía poesía, prosa y ante todo, teatro. Con la comedia: “El sí de las niñas” Moratín quiere, sobretodo, educar. Para ello hace una fuerte crítica a las familias que se mueven por interés, así como a los jóvenes que aceptan el matrimonio para lograr la estabilidad económica deseada.En cuanto a contexto, tras el esplendor y la expresividad del teatro Barroco del siglo XVII se instala una nueva concepción artística, caracterizada por la contención. Se trata del Neoclasicismo del siglo XVIII. Así, el teatro Neoclásico, haciendo honor a su nombre, se ajusta a las normas clásicas. Una de éstas, muy relevante, es la observación de la regla de las tres unidades: de tiempo, de acción y de lugar. Además, busca moralizar y/o educar al público. Nos referimos a la época ilustrada, cuyo exponente literario es “El sí de las niñas”. En ésta, Leandro Fernández de Moratín transmite, a través de lo teatral, su crítica óptica acerca del amor por conveniencia. Al autor le debemos el haber sentado las bases del teatro español contemporáneo.En la época de la Ilustración, también conocida como Siglo de las Luces, la tendencia general es la de seguir los dictados no del corazón sino de la razón. Se creía firmemente en la evolución de la ciencia, en la cual hallamos muchas respuestas. De este modo, mirar la realidad con la cabeza fría implica también hacer una crítica a todas las creencias establecidas.Con respecto a la localización espacial, los hechos ocurren en un lugar concreto, en una posada de Alcalá de Henares. Dentro de esta posada, la acción se concentra en una sala de paso, en el primer piso. Se trata de un lugar espacioso, que consta de una escalera para bajar al piso de abajo. Y aunque casi todo ocurra en este lugar, la verdad es que se hacen referencias continuas a otros sitios y a anécdotas ocurridas allí como son los lugares de procedencia de los protagonistas.La localización temporal puede ser considerada como lineal. Todo empieza un día a las siete de la tarde y termina a las cinco de la mañana del día siguiente. Sin embargo, hay algún que otro flashback. Algunas retrospecciones, saltos al pasado, que sin duda, enriquecen la obra. Ejemplo de ello es, cuando el acto tercero, don Carlos cuenta cómo, cuándo y dónde conoció a Paquita.En cuanto a argumento, la joven Paquita ha recibido la formación de un convento de monjas de Guadalajara y no ha tenido la oportunidad, aún, de conocer el mundo. Es inocente e inexperta. Por parte de su madre, se encuentra destinada a un hombre mayor, don Diego. Pero Paquita está totalmente enamorada de don Carlos, un militar, sobrino del anciano. Todo esto sucede en una posada, a la que asiduamente acude don Carlos para evitar la boda de Paquita, sin conocer la verdad: que ésta está prometida con su propio tío. Pero cuando consigue enterarse de todo, don Carlos renuncia a su amor. No obstante, el anciano resulta ser un hombre de bien que acaba entendiendo a la joven pareja y entonces se acaba sacrificando por ello. Así, da su bendición a doña Francisca y a don Carlos, en contra de doña Irene y de su déspota voluntad.El tema que toca Moratín está muy en la línea de la mentalidad de entonces. Y es que retrata una de las tribulaciones de finales del siglo XVIII que es el extremo respeto que hay hacia las autoridades y las normas establecidas. También está el tópico del amor verdadero, en contraposición al amor interesado. Se cuestiona además el papel de la mujer en la sociedad. De hecho, en los artículos de prensa se expone el rol de la mujer en la familia, el acceso que tiene a la formación. Todo ello se exhibe en un momento histórico, el 23 de marzo de 1776 cuando Carlos III obliga a los hijos menores de 25 años a aceptar la decisión paterna sobre el hecho de casarse.El estilo de Moratín tiene el poder de arrancarnos una sonrisa en más de una ocasión. El autor saca en todo momento su lado más cómico, aunque eso sí, nunca deja de penetrar en los problemas más controvertidos de la época. Por otro lado, el diálogo tiene un papel muy significativo en esta obra. Casi toda la acción se nos presenta a través de éste. Además, las grandes soluciones de los conflictos que se nos exhiben vendrán a partir del diálogo.El lenguaje se puede calificar de moderno, ya que tampoco dista mucho del castellano actual y se entiende todo sin ningún problema. Además éste tiene una fuerza dramática muy considerable. Luego, cada personaje tiene su propia habla, quedando así perfectamente caracterizado.A modo de conclusión, “El sí de las niñas” puede considerarse, en cierto modo, como una biografía del propio Moratín. Y es que a él mismo, cuando era un muchacho, le tocó vivir un caso muy parecido al relatado en el libro. Así, de joven se enamoró de Sabina Conti, la cual tuvo que contraer matrimonio con su primo hermano, el autor Gianbattistta Conti, que rondaba la cuarentena. Esta vivencia, que indudablemente marcó a Moratín está muy bien desarrollada en “El sí de las niñas” y en “La niña y el viejo”.Terminaremos, finalmente con un famoso fragmento de la obra: “Paquita hermosa, (la abraza) recibe los primeros abrazos de tu nuevo padre… No temo ya la soledad terrible que amenaza mi vejez… Vosotros (tomando de las manos a Paquita y don Carlos) seréis delicia de mi corazón; y el primer fruto de vuestro amor… sí, hijos, aquél…, no hay remedio, aquél es para mí. Y cuando le acaricie en mis brazos, podré decir: a mí me debe su existencia este niño inocente; si sus padres viven, si son felices, yo he sido la causa”. Sin lugar a dudas una gran obra de la literatura.

Continuación El sí de las niñas

El sí de las niñas es la más popular de las cinco comedias que escribió Leandro Femández deMoratin, autor también de poesía y de prosa no teatral. La obra, estrenada en 1806, se mantuvo veintiséis días en cartel, lo que constituye un éxito para la época. Como veremos, se trata del máximo exponente del teatro neoclásico español del siglo XVIII.El tema básico es la boda de conveniencia entre doña Francisca, de 16 años, y don Diego,señor acomodado de 59. La muchacha está enamorada, en realidad, de don Carlos,"casualmente" sobrino de don Diego, pero está dispuesta a aceptar el matrimonio por obediencia a su madre, la interesada doña Irene. Lo llamativo es que a don Diego le preocupan realmente los sentimientos de doña Francisca (o Paquita) y, al enterarse de la verdad, da su bendición al matrimonio de ambos. He aquí el ejemplo que, con el afán didáctico propio de la literatura ilustrada, nos quiere transmitir el autor: don Diego, que en cierto modo representa al propio Moratín, actúa guiado por la prudencia y la sensatez, sin dejarse llevar por la ira ni por la pasión, como hubiera hecho un personaje de teatro barroco en su misma situación. Utiliza el diálogo como medio de resolución de conflictos, y es él mismo quien, en sus reflexiones finales, transmite la tesis de la obra: la culpa de esta situación es de la educación que reciben las niñas, que enseña a disimular y a acatar sumisamente la autoridad de sus madres. Así pues, comprobamos el propósito crítico yreformista característico del teatro neoclásico: no sólo se censura una costumbre social extendida en aquella época, como es la de los matrimonios desiguales, sino también la educación femenina. En ese sentido, estamos ante una obra avanzada y comprometida con su época, y en cierto modo "feminista" por adelantado. Sin embargo, el desenlace no es tan valiente como pudiera parecer: es cierto que se frustra el proyectado matrimonio, pero el nuevo, entre Paquita y don Carlos, salvaguarda los intereses de todos: el económico de doña Irene, pues, al fin y al cabo, su hija acabará heredando la fortuna del tío y tutor de donCarlos, y el del propio don Diego, que se asegura compañía para su vejez, aunque vea decepcionadas sus aspiraciones amorosas. Más valiente hubiera sido una reacción decidida y sincera de Paquita en contra del matrimonio, o una boda con alguien ajeno a don Diego. Hay que tener en cuenta, también, que los cánones de la comedia imponen un final feliz. En todo caso, hay que situarse en la época para valorar el carácter avanzado de la obra; prueba de ello son los problemas que tuvo con la Inquisición (acusada de burlarse de la educación religiosa). El mero hecho de tratar problemas familiares y cotidianos en un ambiente y con un lenguaje de clase media ya suponía una ruptura con el tipo de teatro posbarroco popular en aquella época, basado en efectos especiales y lances inverosímiles, y generalmente en verso.En el aspecto técnico, la obra cumple con los preceptos neoc1ásicos sin que resulte forzado,de una manera fluida y natural. La unidad de lugar (posada de Alcalá de Henares) permite desenredar la trama (basada, eso sí, en la coincidencia un tanto forzada de todos los personajes en el mismo sitio); la unidad de tiempo(diez horas desde un atardecer al amanecerdel día siguiente, donde la llegada simbólica de la luz del día trae consigo la claridad de la razón y el desenlace armonioso) no impide que, gracias a los diálogos, conozcamos los antecedentes de la situación, y la unidad de acción mantiene en el espectador cierta intriga ysuspense, con momentos climáticos al final del primer y segundo actos. Con frecuencia el suspense proviene del hecho de que el espectador sabe más cosas que algunos de lospersonajes.Moratín se rige por el principio de economía dramática: nada de elementos superfluos ni de excesos: pocos monólogos y apartes, pocos personajes, lenguaje moderado y coloquial familiar; todo ello para conseguir la verosimilitud, tan apreciada por los neoc1ásicos. Todos los elementos cumplen su función dramática: la ventana (entrevista final), la jaula del tordo(al golpearla Simón, se precipita el desenlace)...Los personajes, y las relaciones entre ellos, están bien perfilados, resultan creíbles y dotados de humanidad: Paquita no es tan inocente e infantil como cree su madre, que anula la personalidad de su hija con su actitud un tanto chantajista, interesada y en exceso autoritaria,ridiculizada por su histerismo y sus ansias de gloria (siempre hablando de sus matrimonios yde sus distinguidos parientes). Don Carlos también respeta la autoridad de su tío y tutor, donDiego, que lo trata con paternalismo, pero su relación es más sincera y franca. Sorprenden un poco los términos en que dialogan, al quedarse a solas, los dos enamorados, ya que, aunque cariñosos, resultan un tanto formales y no denotan un gran apasionamiento. En cuanto a los criados, desempeñan un papel más secundario que en el teatro barroco, pero tienen su importancia en la trama, avisando y ayudando a sus señores, sobre todo Rita, que le sirve de confidente a Paquita. Entre ella y Calamocha se intercambian diálogos picantes, en un registro lingüístico más popular.En definitiva, se trata de una obra interesante, no sólo como ejemplo de un modo de concebirel teatro (basado en su verosimilitud y su función social), sino por el desarrollo de su trama,lo convincente de los personajes, la cercanía del lenguaje e incluso, salvando las distancias,por su vigencia actual, ya que aborda temas como las relaciones padres- hijos, elautoritarismo en la educación, las diferencias en la educación de niños y niñas o, incluso, el matrimonio por conveniencia, que todavía pueden ser objeto de debate hoy en día.

Continuación Valoración crítica de El sí de las niñas

Leandro Fernández de Moratín es el creador de la comedia neoclásica, uno de los géneros literarios característicos del siglo XVII. Formó parte del grupo de intelectuales ilustrados del Madrid borbónico, que más apoyaron a José Bonaparte, por lo que después de la guerra de la independencia tuvo que abandonar el país. Murió en el exilio como tantos otros españoles de la época.Aunque escribió algún poema y algún ensayo lo que le hizo famoso fueron sus comedias neoclásicas de corte satírico El viejo y la niña, La comedia nueva , El café y la más conocida: El sí de las niñas.En El sí de las niñas Moratín retoma el tema que ya había tratado en El viejo y la niña y que le obsesionaba por haber vivido en su juventud una experiencia semejante: los matrimonios de convivencia entre ancianos adinerados y jovencitas desposeídas.La estructura de la obra es la típica de las obras neoclásicas, la acción tiene lugar en un solo sitio, en el curso de una sola noche. Todos los personajes son de la misma clase social a pesar de su diferente posición económica.El argumento es la historia de un anciano que aspira a casarse con una jovencita, esta acepta porque según la educación que ha recibido solo puede decir sí a lo que le proponen sus mayores. La madre de la joven, un personaje extremadamente cómico, espera que el matrimonio de su hija les libre de la extrema pobreza y se preocupa más por su futuro que por la felicidad de su hija. Mientras tanto ésta se ha enamorado de un joven oficial, al que está dispuesta a renunciar para no contrariar a su madre.Escrita en un lenguaje animado y coloquial con un ritmo rápido a pesar de sus condicionantes estructurales, El sí de las niñas es una divertida farsa en la que Moratín pone de manifiesto los vicios de la educación que se daba a las mujeres, la falta de libertad, la inadecuada formación que les hace totalmente dependientes del matrimonio para su vida futura. A pesar de que hoy pueda parecer una obra muy inocente, el grito de libertad que encierra hizo que esta obra encontrara una fuerte oposición eclesiástica.