Recientes hallazgos neurológicos y psicológicos demuestran que el extraño comportamiento juvenil tiene una base biológica. Los jóvenes son raros por naturaleza. ¡Y que les dure!
“Ya sentarás la cabeza”. Probablemente esta es una de las frases más ofensivas que se le pueden decir a un joven aunque, para su desgracia, está condenado a escucharla en algún momento de su vida. Por alguna razón secular, la percepción mutua entre generaciones parece enquistadamente negativa: para los mayores, la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo: para los jóvenes, ser adulto es un mal degenerativo que no tiene arreglo.
Quizá tenga que ver algo en ello la imagen distorsionada de la juventud que suele aparecer en los medios de comunicación, propensos a publicar solo la cara más aberrante de la adolescencia ( actos vandálicos, riesgo desmedido, fracaso escolar…). Así muchos adultos, cuando piensan en la juventud, no pueden resistir la mención de problemas como el consumo de drogas, el alcohol o los conflictos sobre la hora de llegada nocturna a casa.
Pero, ¿realmente los jóvenes son tan raros como algunos adultos creen? ¿Qué hay dentro de su mente ¿Existen motivos científicos para pensar que la psique de los adolescentes es distinta a la de las demás franjas de la población?
Diversos estudios han analizado y buscado las razones del comportamiento impulsivo de los jóvenes. En el entorno de la psicología evolutiva existe cierto consenso en considerar la juventud como un periodo de moratoria de aplazamiento ya que en él se dispone de una capacidad física y cognitiva muy próxima a la de la madurez pero todavía no se asumen las responsabilidades sociolaborales de ese estado. Para los neurocientíficos la maduración cerebral no se termina hasta pasada la veintena y los adolescentes se encuentran en pleno proceso de desarrollo no solo de sus piernas, sus brazos y su nariz, sino también de su materia gris, encargada de realizar juicios sosegados y calmar emociones desbocadas. Otra línea de investigación se basa en la idea de que la búsqueda de experiencias nuevas, especialmente aquellas que llevan aparejada una buena dosis de riesgo, activa exageradamente el sistema de recompensa cerebral de los jóvenes, es decir, la excitación de una batería de neuronas produce intensas sensaciones de placer.
Sin duda, los comportamientos adolescentes que más preocupan son aquellos que conducen a situaciones extremas. Y, entre ellos, algunos de los más graves son los síndromes alimenticios. Es evidente que la mente de un joven o de una joven que padece anorexia presenta altos grados de distorsión a la hora de tratar la información del entorno.
Las conclusiones de todos estos estudios biológicos pueden ayudar a los adultos a comprender mejor a las generaciones posteriores. Por ejemplo, asumiendo que la búsqueda de experiencias nuevas, la necesidad de aventura, la inestabilidad del estado anímico y cierta excentricidad, son las consecuencias naturales del desarrollo cerebral. Y, lo que es mejor, que la mayoría de los jóvenes entrarán en la edad adulta física y emocionalmente maduras, gracias a estas erráticas experiencias. Pero, inevitablemente, seguirá habiendo encontronazos intergeneracionales.
Jorge Alcalde, Revista Muy interesante ( texto adaptado)
Actividades
1º) Características lingüísticas y estilísticas del texto.
Recuerda:
a)Se trata de analizar al mismo tiempo lo que dice y la forma en que lo dice, y a percibir los mecanismos lingüísticos que contribuyen a que alcance su significación.
b) NO se trata de hacer una lista de consideraciones aisladas ( y menos usar guiones para enumerarlas).
c) Tendremos en cuenta los factores del acto de comunicación: emisor ( quién es, cuáles son sus intenciones, cómo se manifiesta); receptor ( su posible presencia en el texto) ; la situación comunicativa ( canal, código, etc.). También señalaremos las funciones del lenguaje y su manifestación en el texto, a través de determinados recursos linguísticos ( tiempos y modos verbales, tipo de oraciones, etc.). Las modalidades textuales predominantes ( expositiva, argumentativa, narrativa, descriptiva, dialógica), y los distintos niveles del lenguaje ( fonético, morfológio y sintáctivo, así como el léxico-semántico).
Siempre hablaremos de predominio de tal función, modalidad y tipo de palabras.
Desde el punto de vista semántico habrá que hablar de registro al que pertenece: culto, coloquial, estandar, uso de expresiones estereotipadas, posibles desviaciones del lenguaje: recursos retóricos , también puedes hablar de usos figurados del lenguaje. Tipos de sustantivos, adjetivos, etc. También puedes comentar las relaciones semánticas entre las palabras: campo semántico, sinonimia, polisemia, familia léxica, etc.
No olvides, no se trata de comentar todo lo que aparece en el texto porque eso es imposible. Buscan aspectos pertinentes y pon siempre ejemplos de lo que digas.
2º. Analiza sintácticamente: Sin duda, los comportamientos adolescentes que más preocupan son aquellos que conducen a situaciones extremas.
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